30 diciembre, 2010

TALLERES 2011


TALLER DE PUESTA EN ESCENA
(Nivel inicial)por Rubén Szuchmacher y Graciela Schuster
Destinado a actores, directores, coreógrafos, bailarines, músicos, plásticos, escritores, críticos, etc.
Curso anual de marzo a noviembre.
Requisito de inscripción: Envío de currículum a elkafka@gmail.com y entrevista a concertar.
Informes al (011) 4862-5439
Horario: Martes de 11:00 a 14:00
Iniciación: 22 de marzo de 2011

El taller de puesta en escena,
coordinado por Rubén Szuchmacher y Graciela Schuster, comenzó a funcionar en 1994 en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Este espacio se propone con un ámbito de reflexión y producción en el campo de la puesta en escena.
Entre los ciclos promovidos por el Taller se encuentra “Género Chico”, estreno de obras nacionales en el Teatro del Pueblo, en el año 1997, evento que también participó en el Primer FIBA de ese mismo año. También se presentó Desquicios I, en el Rojas y Desquicios II, en Elkafka espacio teatral. Entre las últimas obras trabajadas en el Taller se encuentran: “La gran ausencia”, de Laura Garaglia, “Bravo”, de Horacio Banega, “Boquitas”, de Paula Travnik, Farsa(s), de María Zambelli, Pablo Quiroga, Emilse Díaz, María Marull, "La más fuerte", de Emilse Díaz, María Zambelli, María Marull, “Baby” de Lorena Ballestrero y "Fabulandia", de Andrea Castelli., entre otras.

Programa:
1. Descripción y análisis del objeto Puesta en escena. Artes que intervienen en la puesta en escena. Arquitectura, artes visuales, artes sonoras y literatura.
2. La Arquitectura teatral. Espacios reales, espacios conceptuales, espacios narrativos. Aspectos denotativos y connotativos de los espacios.
3. Las Artes Visuales. Los materiales. Las texturas. Los colores. Las formas. Los volúmenes. La luz. Las líneas. La escenografía.
4. Las artes sonoras. Problemática del sonido en el teatro. El texto como sonido. La música en el teatro.
5. La Literatura. La materialidad del lenguaje. Textos de acción, textos narrativos. La dramaturgia: hipótesis de representación en un texto. Análisis de texto dramático. Análisis del texto no-dramático.
6. El sistema de la puesta en escena. La práctica de montaje. Proyectos de puestas en escena.
7. Clínica teatral. Supervisión de trabajos de puesta en escena. La dirección de actores. La formación de equipos de trabajo.


TALLER DE EXPERIMENTACIÓN EN LA PUESTA EN ESCENA
(Nivel superior)

por Rubén Szuchmacher y Graciela Schuster
Destinado a todos aquellos que hayan cursado por lo menos el nivel inicial del Taller de Puesta en Escena.
Requisito de inscripción: Entrevista a concertar
Informes al (011) 4862-5439
Horario: Miércoles de 11:00 a 14:00
Iniciación: 23 de marzo de 2011
Programa:
Puesta en escena sobre textos dramáticos y sobre textos escritos por los propios participantes. Análisis y práctica de la dramaturgia, el espacio, lo visual, lo sonoro, la actuación. Clínica de la puesta en escena.


ENTRENAMIENTO ACTORALpor Rubén Szuchmacher y Francisco CivitDestinado a estudiantes de teatro avanzados y actores
Horario: Lunes de 19:00 a 22:00 ó Martes de 16:00 a 19:00
Inicio: 21 ó 22 de marzo de 2011
Requisito de inscripción: Envío de Currículum a elkafka@gmail.com y entrevista previa a concertar.
Informes al (011) 4862-5439

Programa: El texto como materia. Correspondencia texto - cuerpo – pensamiento. La acción en la palabra. La forma de la palabra y su ritmo. Entrenamiento con textos de Tragedia Griega y Siglo de Oro Español. Durante este año se trabajarán textos no dramáticos de Silvina Ocampo y de Jorge Luis Borges. Textos dramáticos de autores del Siglo XIX y XX: Schiller, Chejov, Strindberg, Ibsen (Siglo XIX) y Sartre, Cocteau, Brecht, Müller y Lagarce (Siglo XX).

13 diciembre, 2010

NOTA EN DIARIO PERFIL





Domingo 12 de diciembre de 2010
Rubén Szuchmacher
“Mi límite era meterse con las villas”
Ana Seoane


Por primera vez después de su renuncia en el mes de agosto de este año el actor y director teatral Rubén Szuchmacher rompe su silencio. Explica por qué se fue de la dirección del Festival Internacional de Teatro (FIBA) y cuestiona a su sucesor: Darío Lopérfido. “Estoy tranquilo de haber aceptado en su momento y de haberme ido -reflexiona-. Soy un cría cuervos impresionante. Le di mucha identidad a Lopérfido, le presenté gente y le presté dinero. Lo grave es que alguien que dice que no va trabajar más en la política, ahora acepta ser funcionario. El no mató a nadie, pero fue parte de una gestión que terminó con muertos. Darío dijo: “mi interés está en el arte y estoy muy lejos intelectualmente de la política argentina”. Esa frase es la de un hipócrita. En mi caso, no puedo decir que no trabajé con este gobierno de Macri. Es una gestión y hay que asumirlo. Rechazo que la comunidad no lo vea. A mí casi me ponen el cartel de colaboracionista nazi, ¿y Lopérfido agarra y nadie dice nada? Es notable.”
- ¿Por qué el silencio después de tu renuncia?
- Guardé silencio para proteger la gestión de mi colega y amigo, Alberto Ligaluppi. Me fui cuando me di cuenta que no iba a tener apoyo para gestar el próximo FIBA. El problema no es uno, sino quien tiene de jefe. Es él el que te va a permitir y avalar tu propio trabajo. Las autoridades -sin decirlo- me demostraron que no estaban de acuerdo con lo que hicimos. Ellos querían repetir la estructura de Graciela Casabé (directora de varios FIBA), y cuando se dieron cuenta que no se hacía ese modelo, ya era tarde, para retroceder. Nuestra política tuvo un criterio distinto, le pusimos un tope a las pretensiones de los elencos del exterior y dimos más espacio a lo nacional. Nadie nos controló desde el macrismo, por eso el Festival salió bastante parecido a como lo habíamos imaginado. Buscamos un festival fuera del mercado.
- Pero el modelo impuesto por Casabé siempre tuvo mucha aceptación en el público porteño...
- Si buscaban repetirlo se equivocaron al llamarme. Antes de presentar mi renuncia tuve una reunión con el ministro (Lombardi) al que le dije que había que repensar el festival con la Ciudad. Sentía que había muchas peleas y que la gente pensaba que el festival se llevaba la plata que era para el San Martín. A él le pareció bien y ajustamos almorzar juntos a la semana próxima. Poco tiempo antes del encuentro me llama su secretaria y me cancela la cita. A partir de ese momento nunca más me atendió. Ahí me di cuenta que si un ministro no me atiende, quiere que me vaya. Siempre cuestioné a Viviana Cantoni (directora de los Festivales en la Ciudad) porque no está preparada.
- ¿Cuándo aceptaste eras consciente que integrabas un gobierno macrista?
-Lo sabía, pero en los dos primeros años no hicieron nada malo. Una sola vez lo vi a Macri y me di cuenta que no tenía nada en la cabeza. Hay que tener claro que lo eligió democráticamente la gente. Muchas personas trabajan en instituciones públicas, aunque no compartan el color político de esas autoridades. Yo trabajé en tiempos de la dictadura en el San Martín, como muchos otros. El pensamiento civil nos debe permitir esto. A mí me acusaron de “colaboracionista nazi” y eso que vengo de una familia comunista militante. ¿Por qué no le hicieron notas a Bartís cuando aceptó que su espectáculo se lo produjera el CETC? Se las hicieron cuando se bajó y habló mal de Macri…A mi sigue pareciéndome que hay lugares que uno puede tomarlos, en tiempos de democracia. Mis límites eran si atacaban las villas. Además renuncié el año de las escuchas…No hay que olvidar que Casabé se va porque no la confirman, le dicen que se vaya, ella no renunció. Sabía que con esto mi imagen iba a quedar herida, sé que no me llamarán para otra gestión. Pero se la pierden ellos, no yo. A veces me ponen como insulto “ex funcionario macrista” ¿Quieren que les haga la lista de la gente que tiene muertos en su placard? Lopérfido, como De la Rúa tienen cadáveres en su haber.
- ¿Te sorprendió que lo convocaran a Lopérfido?
- Si. Creí que iba a quedar Alberto (Ligaluppi) como continuidad de gestión, en el FIBA. Creo que el medio no tolera a los artistas armando festivales. Vuelve a las manos de un productor y la gente de teatro busca esto. Todo el mundo sabe que los espectáculos que elegía Casabé para el FIBA luego viajaban por el mundo, a través de su productora privada (Babilonia).
-¿Por qué crees que se le perdona la gestión que hizo?
- Lopérfido representa el negocio. En el medio porteño no se dan cuenta que las grandes disputas no son estéticas, ni políticas, sino económicas. Se pelean por temporadas en Europa o por la posibilidad de subsidios o producciones. Seguramente detrás de traer una propuesta de un Peter Brook (viejo y desgastado, pero que le va a dar una visibilidad mediática al festival) por debajo le va a permitir ciertos acuerdos y negociados, como se hacía en tiempos de Casabé.
- ¿Hubo algo que te sorprendió en este tiempo de gestión?
- Me encontré con que el medio teatral es muy reaccionario y le dieron la espalda al festival, después fue tarde. La gente de teatro no quiso salir a reflexionar. Ciertas personas me dijeron: “si me llevás un espectáculo mío, yo después traigo uno tuyo”. Paradójicamente durante los gobiernos de Ibarra o Telerman las entradas para el FIBA fueron mucho más caras que con Macri. Administrativamente funcionó muy bien, gastamos muy poco en viajes, no malgastamos el dinero público.
- ¿Cuáles son los límites entre lo privado y lo público? ¿Cómo ves si el proyecto que tendría Lopérfido de llevar Hamlet al “Alvear” consiguiese ser coproducido por el gobierno de la ciudad?
- El Teatro San Martín, antes de ser complejo teatral, tuvo una política de coproducciones. Esto pone en tensión el hecho de qué pasa dentro de una institución cuando se debe hacer este tipo de emprendimientos en los que parte de las decisiones se ceden. Yo tuve una en estas condiciones que fue Decadencia, coproducida por teatro “Babilonia” y Darío Lopérfido por un lado y el teatro San Martín por el otro.
El problema que se plantearía en caso de que sea una coproducción con Lopérfido es que él es actualmente funcionario del gobierno de la ciudad por lo tanto no debería tener, en tanto funcionario, negocios con un organismo de gobierno. Eso no me parece que esté bien y es una de las maneras de las apropiaciones del estado por parte de privados. Lopérfido hace como si no fuera funcionario, porque dice que la gestión lo aburre, pero eso es una actitud cínica. Si el espectáculo se encuadra en los términos económicos habituales del teatro, entonces todo estará más o menos en orden. En cuanto al espectáculo en sí, ver un Hamlet dirigido por Gené será seguramente una buena cosa.
- ¿Es cierto que te peleas con todo el mundo?
- Soy conflictivo, pero mantengo códigos; cuando alguien hace una trastada, voy de frente. Tengo un estilo confrontativo, pero nunca me fue mal actuando de esta manera. No tengo la sensación que mi carácter sea dañino, no busco estar bien con todos.


PROYECTOS Y MÁS POLITICA
A.S.

Parte a México a montar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Terror y miserias del Tercer Reich de Brecht. “Mezclé ocho obras y la dramaturgia la estoy armando con Lautaro Vilo. Al traducirlas me encontré con mucho humor. Si el procedimiento estuviera bien lo traería a Buenos Aires, para hacer en mi sala (ElKafka). Después me espera una nueva versión de Rey Lear de Shakespeare, para la Comedia Nacional del Uruguay, la versión es la misma, pero será otra puesta en escena”.
- ¿Hay deudas artísticas?
- Trabajé en el Cervantes como actor, pero nunca dirigí ahí y me hace ilusión alguna vez poder hacerlo. Me gustaría investigar lo gauchesco sobre todo por la crisis del campo. Me dan ganas de empezar a buscar qué es este tema o cualquier revista porteña de Ivo Pelay o Canaro. Me gusta mucho el teatro argentino. Pero creo que en el medio no hay esa mentalidad de hacer grandes espectáculos, incluso pude hacerlos con gran repercusión, sin ayuda de figuras mediáticas, como fue Las troyanas. Al espectador hay que cuidarlo, cuando se hace mal teatro se lo echa.
- ¿Cómo definirías al actual gobierno de la ciudad?
- Este gobierno no tiene un concepto global de la cultura sino de patrones de mercado. Por eso no entienden el funcionamiento del teatro, los escuché protestar porque se vendían pocas entradas, ese es un error. No saben pensar en políticas culturales, hay un sector del radicalismo encabezado por Hernán Lombardi que piensa de esa manera.

07 diciembre, 2010

OLGA, MI MADRE


Hoy, martes 7 de diciembre, poco antes de las 2 de la mañana mi madre, Olga, murió de viejita nomás, con 88 años a cuestas, aunque estuvo lúcida hasta el final.
El domingo, cuando la vi por última vez, me pidió que le bajara del estante un libro con poemas de Machado.
Quería contarles esto.

31 octubre, 2010

TEXTO LEÍDO POR RUBÉN SZUCHMACHER EN LA ENTREGA DEL PREMIO TRINIDAD GUEVARA 2009 (13 DE OCTUBRE 2010)

Texto leído por Rubén Szuchmacher en la entrega de los Premios Trinidad Guevara 2009
Ganar un premio como este es, además de una alegría, una responsabilidad. Aquí no estamos hablando solamente de un reconocimiento, como sucede con la mayoría de los premios que se dan en este país, sino de una gratificación económica que implica, al menos para gente que ha superado los 50 años, una suma de dinero mensual. Y esto compromete tanto a los Jurados como a quienes lo reciben. Pero sobre todo compromete a las autoridades que suelen enojarse con este premio porque consideran que es plata tirada, dinero ocioso en términos políticos.
Las autoridades deberían comprender que se debe apoyar efectivamente a los artistas y no de palabra solamente.
No queremos privilegios, como dicen algunos que tenemos, queremos tener el derecho de trabajar en lo nuestro, que es algo distinto que lo que hacen los demás, ni más ni menos importante, pero que, como cada cosa, tiene requisitos particulares, entre ellos el tiempo de estudio, de elaboración, de ensayo, un tiempo en el que no se cobra, en el que no hay ingresos. Trabajo que hay que solventar y que si no fuera por la fuerte pasión por el teatro que recorre todos los sistemas de producción teatral no se podría hacer. Por eso es importante defender este premio. También sería importante que se incluyera a escenógrafos, vestuaristas, iluminadores, compositores, coreógrafos entre quienes puedan tener acceso a una renta vitalicia.
Por eso, y consciente de la responsabilidad, quiero que todos sepan que el dinero que reciba mes a mes, que espero que sea pronto y no que pase un año como ha pasado en otras oportunidades, será destinado al teatro: a producciones propias y ajenas, a armar concursos, a sostener el teatro que tenemos con un grupo de compañeros; en definitiva, que vuelva a la comunidad de alguna manera, al menos hasta que yo no pueda trabajar más. Pero espero que falte mucho para eso. A cambio de eso, exijo de las autoridades que hagan política efectiva para el teatro de la ciudad, que no se aburran haciendo gestión cultural, como dice alguno por ahí, que no se queden babeando ante lo que se hace casi a contrapelo de las normativas que ellos mismos disponen.
Entonces, gracias al jurado por este premio que tanto anhelé y que se hacía esperar. Gracias también a Alfredo Alcón por haber pensado en mí como el director posible para esta maravillosa obra y también a Pablo Kompel y a Adrian Suar por pensar que se puede hacer un teatro distinto en eso que se llama la calle Corrientes. Y por supuesto a Jorge Ferrari, a Gonzalo Córdova y a Barbara Togander, porque sin ellos yo no soy nada. A Lautaro Vilo por haber compartido la versión. Y a todos los actores de la obra: a Roberto, a Juan, a Joaquin, a Mónica, a Paula, a María, a Carlos, a Ricardo, a Julián, a Eduardo, a Paul, a Luciano y sobre todo a mis dos queridos hermanos: Horacio Peña y Roberto Castro. También a Carla, a Damo y a Nicolás que tanto hicieron por apoyarme en los momentos difíciles.
Finalmente, quiero dedicar este premio a mi madre y a mi hermana Victoria, y a la memoria de Daniel que me inspiró muchos de mis trabajos, quizás los más importantes; también a mi hermana Perla, que se hubiera puesto contentísima de saber que me gané el premio y a mi padre, que me enseñó que el trabajo honesto es lo único que salva a un ser humano.
Muchas gracias.

Rubén Szuchmacher

01 septiembre, 2010

LAS REGLAS DE LA URBANIDAD EN LA SOCIEDAD MODERNA

Estreno en Montevideo, el 2 de septiembre a las 20,45 en la sala Zavala Muñiz, del Teatro Solís
(12 únicas funciones)
Estreno en Buenos Aires, el 22 de octubre, en Elkafka espacio teatral, a las 21hs
(9 únicas funciones)
LAS REGLAS DE LA URBANIDAD EN LA SOCIEDAD MODERNA

de JEAN-LUC LAGARCE

Traducción: INGRID PELICORI
con ESTELA MEDINA
Realización de vestuario: ALFREDO BOLOGNA
Asistente de ambientación y vestuario: CECILIA BRISIGHELLI
Asistente de dirección: LEONARDO SCHINCA
Coordinación de producción en Bs. As.: PAULA TRAVNIK y GABRIEL CABRERA
Música original: BARBARA TOGANDER
Diseño de Iluminación: GONZALO CÓRDOVA
Ambientación y vestuario: JORGE FERRARI
Dirección: RUBÉN SZUCHMACHER
Coproducción entre el Teatro Solís, de Montevideo y Elkafka espacio teatral, de Buenos Aires
Obra premiada por IBERESCENA

Crítica de Jorge Arias en La República, Montevideo
Crítica de Carlos Pacheco en La Nación, de Buenos Aires
Crítica de Mónica Berman en Alternativa Teatral, de Buenos Aires
Crítica de Carlos Diviesti en El blog de la esquina peligrosa, de Buenos Aires

Sobre las clepsidras
Todos nacemos, crecemos, nos reproducimos, morimos. Así es la vida, no hay otra cosa. O sí, y no es desdeñable, porque uno puede nacer muerto. Y si uno nació muerto, ¿es que uno no ha nacido? Por supuesto, ha nacido, pues que uno nazca muerto es lo mismo que tener un hermano mellizo, y padrinos, y novia para presentarle a los padres, y los propios hijos, y las bodas de oro si uno llega entero hasta esa fecha y le da el cuerpo para bailar o mirar de lejos el bailongo que precede al insobornable funeral, que más tarde o más temprano vestirá de luto a los que quedan y apartará a los niños pequeños y a las jovencitas casaderas de los hombres solteros mientras transite el cortejo fúnebre y las damas no usen encajes. De eso se trata todo si es que uno nació vivo, de arribar a la muerte con hidalguía habiendo sido los héroes de la jornada aunque no se haya sido feliz (es posible). Y para ser hidalgos baste con observar algunas reglas que ni son molestas ni causan fastidio, porque adornar el ajuar de la novia con cintas y plumas de lofóforo es tan importante como casarse unos días después de anunciado el compromiso para alejar cualquier clase de habladuría. Y así es como la vida continúa si uno es consecuente y obedece esas máximas que nos ofrece una dama distinguida, siempre.A los que nos gusta jugar con las palabras el descubrimiento de Jean-Luc Lagarce (1957-1995) supone el encuentro de una novedad que de tan nueva es absoluta como el tiempo. Porque no es que Lagarce escriba distinto sino que sus palabras, al estar despojadas de retórica, deben ser dichas, necesariamente. Y ese decir es lo que impulsa la representación, y es la representación donde las palabras de Lagarce se transforman en voces cuya limpidez y resonancia se escapan a los cánones y establecen como una verdad indiscutible que la tarea del escritor es la de ser poeta. Esta tarea queda demostrada en la traducción de Ingrid Pelicori para LAS REGLAS DE URBANIDAD EN LA SOCIEDAD MODERNA, donde el trabajo de Lagarce con el sonido, el ritmo y la duración de las palabras es lo que le otorga sentido al discurso y permite multiplicidad de interpretaciones, aunque ninguna antojadiza o travestida; las voces de Lagarce tienen un alma lábil pero un cuerpo preciso, por lo que es tan difícil transitarlas si uno no las tiene vividas. Y en ese sentido las palabras de Lagarce son concluyentes y tornan evidente que llevarlas mal a la escena es lo más fácil del mundo, algo que sucede con bastante frecuencia cuando se pretende evitar al poeta por escribir en verso.

En la puesta de Rubén Szuchmacher entramos a la sala con la certeza de estar en una mueblería de muebles de estilo o en el salón de un anticuario. Los sillones y las mesitas, la alfombra sintética y verde y el precinto que rodea el espacio tan negro que desaparece de la vista, le dan al lugar un aire reconocible y elegante y no nos importa qué es lo que nos quieran vender, si las sillas, los sillones, las mesitas o los libros. Pero baste entrar la dama a paso firme para comprender que las certezas son falibles y la tranquilidad es efímera: apenas ingresa la palabra a escena, con ese vestido verde tan vivo y esas flores estampadas de frescura menguante, advertimos que quizás eso sea una subasta y allí se subaste la conciencia. Y toda esta cuestión materialista que nos mantuvo cómodos se esfuma cuando el tiempo extiende algunas sombras sobre un espacio que creíamos de luz inalterable, y lo aparente se vuelve relativo y lo relativo se hace persistente porque algo nos queda claro y nos inquieta: la palabra no es una pieza de museo que corroe el tiempo, puede ser luz que baile hasta que la gane la oscuridad. Por eso la presencia de Estela Medina en LAS REGLAS DE URBANIDAD EN LA SOCIEDAD MODERNA tenga el efecto de una clepsidra para las palabras de Lagarce. Las clepsidras son relojes de agua que trasvasan el tiempo gota a gota, de un cuenco a otro, y aunque lo miden despiadadamente nos demuestran que cada momento es otro distinto, porque no hay una gota de agua que sea igual a la anterior. Como esta pieza que no se parece a nada, como esas experiencias que no se transfieren, como ciertas sensaciones que no formarán parte del olvido.

Carlos Diviesti



03 agosto, 2010

AMANDA Y EDUARDO

Estreno 7 de agosto de 2010 en el Teatro Real, de Córdoba
La Comedia Cordobesa presenta

AMANDA Y EDUARDO
de Armando Discépolo

Diseño sonoro: Barbara Togander
Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova
Escenografía y vestuario: Jorge Ferrari
Dirección: Rubén Szuchmacher

Amanda: Cecilia Roman Ross
Eduardo: Norberto Bernuez
Elena: Silvia Pastorino
Doña Flora: Ana María Tenaglia
Don Camilo: Lito Fernández Mateu
Alicia: Florencia Romero*
Leonardo: Pablo Tolosa
Micho: Adrián Azáceta
Damián: Raúl Sánchez
Elvira: Carolina Godoy
Tito: Marcos García*

*Alumnos del Seminario de Teatro Jolie Libois
Funciones: Viernes y Sábados de Agosto y Septiembre, a las 21hs
Teatro Real, San Jerónimo 66
Córdoba

Rubén Szuchmacher: "La Comedia es un lugar interesante"
Rubén Szuchmacher dirige el elenco oficial en "Amanda y Eduardo", de Armando Discépolo.
Estrenan el viernes en el Teatro Real.
03.08.2010

Beatriz Molinari

Rubén Szuchmacher remarca antes de la entrevista, los nombres de su equipo técnico/artístico. El director estrena el sábado Amanda y Eduardo de Armando Discépolo con la Comedia Cordobesa. Lo acompañan, en escenografía y vestuario, Jorge Ferrari; diseño de iluminación, Gonzalo Córdova, y diseño sonoro, Barbara Togander.

"No es frecuente lo del equipo. En general, los directores consideran que pueden abastecer todo, pero en la experiencia de los grandes directores, que es la que intento seguir, hay equipos creativos muy sólidos. Los directores somos personas que sabemos poco de muchas cosas y ellos, mucho de una sola. Desconfío muchísimo de los directores que quieren hacer todo. En Amanda y Eduardo somos cuatro artistas los que estamos trabajando", señala con respecto a al grupo con que encaró Rey Lear y los títulos de su producción de los últimos años.

Un título argentino
En consonancia con la efemérides del Bicentenario, de la propuesta que presentó Szuchmacher a la dirección del Teatro Real, quedó la obra de Armando Discépolo (1887-1971). "Es mi tercer Discépolo", dice el director que hizo Babilonia y Muñeca (obra que puso en circulación en 1988).

"Me es muy motivador. La de Discépolo es una palabra que todos reconocemos. Me dediqué a estudiar el lenguaje de las décadas del 20, 30, 40. Esa palabra me resuena, al público, también. Esta es una obra muy rara, denostada, en general".

Discépolo la escribió en 1930. Se estrenó en 1931 en Barcelona y en 1932, en el Odeón de Buenos Aires con Iris Marga y Mecha Ortiz.
La escribe para España y por eso hablan de ‘tú' y dicen ‘enfadarse'. Discépolo edita la obra sin modificarla, intacta, cerca de los 80 años. "La dejó tal cual porque ese ‘tú' acentúa el trabajo tan particular del lenguaje. Él es un autor que transformó la lengua. La obra transcurre en Buenos Aires pero no es un grotesco. Pertenece a las obras pirandellianas de Discépolo, como Muñeca. No aparece el cocoliche ni el prototipo, como en Mateo. No hay un solo inmigrante", explica el director y señala, que Amanda y Eduardo es la tragedia de la pobreza ligada al lugar de una mujer.

"Es también una obra sobre la tragedia de la bondad, tema que obsesionaba a Discépolo. A través de la bondad, la gente puede llegar a ser muy infeliz. Por ser bueno, provocás tu propia desgracia. Amanda sacrifica su amor, por su madre y hermanos. Es una mantenida fina. Para que su familia no sufra hambre se entrega a hombres. Eduardo es bueno y está casado con una mujer buenísima. Todos son buenísimos y terriblemente infelices. Nadie puede estar en el lugar que quiere porque con esa felicidad está jodiendo a otro", apunta Szuchmacher.

Por otro lado, la obra fue escrita en medio de la crisis económica de 1930. Hay un personaje que dice: ‘Es pobre el que quiere'. Los que tienen plata, la tienen por herencia y los demás no trabajan, salvo el periodista.

"Hay una madre que trata que ella vuelva a la vida de mantenida. Pero no hay tono paródico. Se defiende el lugar del dinero a través de la entrega del cuerpo. La obra está entre lo sentimental y lo duro y es, a la vez, muy sensible, como son las cosas de Discépolo", comenta.

La primera vez
El director ha generado vínculos con Córdoba desde 2000, cuando comenzó a dar clases a una generación que hoy asume madurez profesional. Pero ésta es la primera vez que dirige un montaje para acá. Había puesto la obra Antes/después (versión de la que puso en Buenos Aires) en DocumentA.

Para protagonista de Amanda y Eduardo eligió a Cecilia Román Ross. "Nadie pensaba que sería ella porque siempre es la nena. También ella estaba convencida de que haría ese papel. Los actores están respondiendo de manera notable", cuenta. Resalta además la actitud y la responsabilidad de la Comedia.

"Es una cuestión de buenas motivaciones. Como una planta que se riega. Si uno no provoca que la gente piense, hacen cualquier cosa. Se pusieron a mi disposición", dice a propósito de los ensayos a paso redoblado.

"¿Por qué estoy acá? Tardé mucho en venir. Después de Rey Lear con Alcón, extrañamente se produjo un enorme vacío en Buenos Aires. Después de ese éxito, nadie me llamó para nada".

Por otro lado, Szuchmacher dice que la Comedia es un lugar ‘interesante'. Cuenta que un colega en Buenos Aires intentó desalentarlo y reflexiona: "Yo creo que hay mitos. Hasta ahora, en el trabajo con los actores de la Comedia se trata de profundizar lo artístico. En tanto lo artístico se coloca en el primer plano, lo demás se va resolviendo. Es muy buen equipo. Después se verá si a la gente le gusta o no la obra". Además, aclara, sin problemas, que Amanda y Eduardo no es una obra comercial. "Dura dos horas y básicamente es una obra triste, no me importa decirlo. Pero es una obra de arte. Hamlet también lo es. Tiene algo dentro de la tristeza que toca eso que hay que comprender sobre el uso del dinero. Es una obra del fracaso del anhelo, tema que recorre gran parte de la literatura dramática argentina, es decir, cómo alguien, amando, no logra su objetivo. Nos toca a todos porque hay lugares donde no podemos llegar", concluye.

Ficha
Amanda y Eduardo de Armando Discépolo. Dirección: Rubén Szuchmacher. Escenografía y vestuario, Jorge Ferrari; diseño de iluminación, Gonzalo Córdova, y diseño sonoro, Barbara Togander. Con Cecilia Román Ross, Norberto Bernuez, Pablo Tolosa, Carolina Godoy, Ana Tenaglia, Lito Fernández Mateu, entre otros. Viernes y sábado a las 21 en la Sala Carlos Giménez del Teatro Real. Entrada, $ 20; estudiantes y jubilados, $ 15.

31 julio, 2010

LA GRACIA en RAFAELA

LA GRACIA en el FESTIVAL DE RAFAELA 2010

LA GRACIA
de Lautaro Vilo
con Berta Gagliano y Juan Manuel Torres
Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova
Ambientación y vestuario: Jorge Ferrari
Producción ejecutiva versión Elkafka: Paula Travnik y Gabriel Cabrera
Asistencia de dirección: Alejandro Vizzotti
Dirección: Rubén Szuchmacher


Una producción del Centro Cultural Ricardo Rojas e Iberescena.

Funciones: 17 de julio de 2010, a las 20 y 22hs.

Teatro La máscara, de Rafaela, pcia de Santa Fé.


"Otra maravilla de instinto teatral fue “La gracia”, del joven dramaturgo Lautaro Vilo, manejada con mano maestra por Rubén Szuchmacher y actuada con gran potencia interpretativa por Berta Gagliano. Una mujer visita en el hospital al hombre que la violó y ahora permanece con el cuerpo desfigurado a raíz de un incendio. El largo testimonio de la protagonista, que no llega en son de guerra, sino que parece comprender la conducta de su agresor, es asimismo un doloroso itinerario por una forma de pensamiento que no elude la compasión ni el perdón ante la noción del sufrimiento en carne propia. Sin duda, una joya en el festival."

Roberto Schneider
Diario El Litoral

11 mayo, 2010

A MI HERMANA PERLA

Perla Szuchmacher (1946-2010)


Estas palabras las escribió Haydée Boetto, una maravillosa actriz mexicana, que además fue una amiga incondicional de Perla, mi querida hermana.

"Ayer, en el día de las madres, murió Perla Szuchmacher.
Murió en paz, como mueren las personas buenas, honestas, generosas, justas y sabias.
Decidió cambiar, transformarse para poder ir y venir sin nada que le estorbara. Para poder ir a la hora que se le antojara a todos los lugares que le gustan.
Para meterse al mar, reencontrarse con las personas que no veía hace mucho, llegar rápidamente a todos los países que le faltaba visitar, enredarse entre las bugambilias y las jacarandas que se llenaron de flores esta primavera y sentarse cada tanto en una butaca, camuflageada entre los niños para escuchar lo que dicen mientras ven sus obras de teatro.

Ayer, su familia, generosa como ella, abrió las puertas de su casa para que todos pudieramos despedirla, ahora que ya no la tendremos de la forma en que estabamos acostumbrados.

Ayer pudimos celebrar a Perla. Emocionarnos porque nos tocó estar cerca de ella, contemplarla en sus fotografías, brindar, comer, cantarle canciones con jaranas, abrazarnos y aplaudirle...

Ayer festejamos la hermosa vida de Perla.
Festejamos la vida."

Haydée y Perla


Estas palabras las escribió Pablo Gershanik, actor y director:

Correría 1983, en Tlalpan, para los amigos era un momento de festejo: Dolce y Gelatto estaba por abrir sus puertas. Perla y Alberto, junto con los Cohan encarnaban nuestro sueño de chicos: tener amigos con heladería propia. Recuerdo la fiesta, y entre helados de chocochips (la versión del "granizado") a la mexicana la dulzura de Perla. Vinieron los días del mundial juvenil que se jugó en México, las idas a la cancha con toda la barra de chicos y una vez más la presencia de Perla, con su mirada sonriente y franca llevándonos a festejar.
Luego fue el teatro que nos volvió a juntar, cuando yo apenas empezaba. En algun curso, en algun escenario, ella de tanta y tan buena tabla me compartió que hacemos teatro justamente para eso, para encontrarnos con el otro.
Nos seguimos viendo, intermitentemente por los caracoles de la distancia, pero siempre con el afecto intacto. Que hoy Perla no esté es una tristeza inmensa. Que haya estado a lo largo de mi vida es un gran regalo, que sé que yo tuve y que compartí con tantos otros. Intuyo que Perla mira hoy tras bambalinas y nos recuerda risueñamente que es en los encuentros que el teatro, como la vida tienen sentido.
Un abrazo enorme.

De Jaime Chabaud (México DF, México): El adiós a Perla Szuchmacher

Me causa un inmenso dolor la muerte de Perla Szuchmacher, dramaturga y directora dedicada al teatro para niños y jóvenes. Además de la amistad que nos unía, me aterra (en el sentido originario de esta “mala” palabra) porque pocas son las gentes de teatro que nacieron para servir. Los demás sólo saben servirse, avorazarse, agandallarse y –en el mejor de los casos- mirarse el ombligo y dar codazos si alguien estorba. Perla fue de una generosidad proverbial y tocó el corazón de muchos colegas y –por supuesto- de su público. Argentina de nacimiento, la recuerdo dando brincos de felicidad porque un día, después de muchos trámites, se había vuelto mexicana. Estaba feliz como niña con juguete nuevo, orgullosa de su nueva nacionalidad, muy pero muy contenta, con la mirada limpia. Me acuerdo del día que me enseñó su casa nueva, la primera de propiedad de Alberto (su marido) y suya, me llevó de la mano por todos los rincones contándome atropelladamente las mejoras que quería hacerle, hace no más de tres años, a esa su casa, donde quería pasar el resto de su vida, con la paz de un techo suyo. Y no saldrá de mi memoria el día que me pidió disculpas (no había ninguna ofensa) por el cambio al final infeliz que yo proponía en mi obra Lágrimas de agua dulce (que ahora el DIF del DF censuró en otro montaje hecho con niños, curioso) que ella dirigía con Ana Zavala actuando. “Tenías razón –me dijo- la explotación infantil no puede tener un final feliz. Vamos a regresar al que es”.
Si el teatro mexicano para jóvenes audiencias está hoy a la vanguardia en todo Latinoamérica se debe –entre otras gentes- a Perla Szuchmacher. Ella nos enseñó que no tiene temas vedados y que con los niños se puede hablar de todo: de la muerte, del divorcio, del abuso e incluso de la diversidad sexual. Ahí radica el poderío de este Nuevo Teatro para Niños del que Perla era una de sus mejores exponentes, como directora y como dramaturga. Malas palabras, El rey que no oía pero escuchaba y, entre otras, Príncipe y Príncipe son ejemplo de ello. No hay con qué pagarte, Perluchis, todos los regalos que nos diste y, como diría Miguel Hernández: “no perdono a la muerte enamorada / no perdono a la vida desatenta…”


Micaela Gramajo en "Lágrimas de agua dulce" de Jaime Chabaud, dirigida por Perla Szuchmacher